Celestino Cesáreo Guzmán
La oposición llenó el zócalo. Es una demostración de fuerza real. Se constató que no fue casualidad la marcha de noviembre pasado, hay un sector amplio del pueblo mexicano, que no está de acuerdo con el gobierno del presidente López Obrador y está dispuesto a participar.
Sin embargo, si no se le da cauce a este impulso ciudadano, un programa, y ruta electoral hacia el 2024, esta energía social puede disiparse rápidamente, puede apagarse ese entusiasmo, y caer en el desgano y apatía
Por ello es urgente que la oposición encuentre un líder. La elección del 2024 ya inició.
Las encuestas de este miércoles del periódico El Universal nos dicen que las preferencias en los partidos de oposición están así: Miguel Ángel Mancera por el PRD, Beatriz Paredes por el PRI, Lily Téllez o Santiago Creel por el PAN, y Colosio por el MC. Como dijera el clásico: está flaca la caballada.
Aunque el verdadero reto que tienen los opositores, es acordar un proceso de selección con piso parejo, que deje de lado los acuerdos cupulares que establecieron Marko Cortés y “Alito” Moreno, que ya se repartieron las candidaturas.
Si algo mostró la marcha del pasado domingo, es que la ciudadanía sin partido, los grupos organizados de la sociedad civil, tienen esa energía que se necesita para recuperar el rumbo del país. Y si eso no lo entienden los dirigentes de los partidos, no entendieron los mensajes que dejó la elección de 2018, ni la de 2021.
La oposición debe entender que ponerse al frente de esta movilización no será suficiente para vencer a una fuerza con 22 gubernaturas, un sinnúmero de alcaldías y el púlpito de las mañaneras. Será necesaria una insurgencia ciudadana.
Bien dicen las máximas del análisis político: muchas veces la gente no vota a favor de alguien o de un partido en un proceso electoral, sino en contra de una forma de gobierno que no les gustó, y no siempre la mejor estrategia electoral equivale a la mejor política.
Morena sigue ganando elecciones, pero el gobierno hace agua. La inconformidad ciudadana, es sin duda la mejor muestra.
Por eso suscribo lo que dicen algunos, que la elección de 2024 tendrá un carácter plebiscitario. La 4T estará en la urna. Continuidad o cambio.
¿Quién puede abanderar a los partidos de oposición y a la sociedad civil?, ¿tendría que pertenecer a algún partido político o ser apartidista? Se busca a un líder.
El tiempo corre con celeridad y la oposición debe consultar a los mexicanos cuál debe ser la hoja de ruta del país para los próximos años.
Ahora bien, un tema fundamental para la elección presidencial es el futuro de las reformas electorales o Plan B.
Inicia una lucha legal donde la Corte jugará un papel fundamental para defender los avances democráticos logrados a través de décadas.
Hace años cuando a un grupo de empresarios de origen cubanos se les preguntó por qué Fidel Castro pudo dominar Cuba por tantos años su respuesta fue: --no es lo que descuidamos, si no lo que cuidamos tanto, la sociedad civil dejó de participar en los temas públicos, y se concentró en lo privado, con un enfoque individualista.
Hoy vemos que en México la sociedad civil ha dejado de pensar sólo en su camarote, y se ocupa de darle ruta al barco; porque si el barco se hunde nos hundimos todos.
La fuerza de la sociedad civil ahí está. Se busca un líder.